Subir al restaurante SOMOS, en el HOTEL BARCELÓ TORRE DE MADRID, es un deleite para los sentidos. El paladar se embriaga con el placer de unas vistas impresionantes de la Gran Vía madrileña. El corazón de Madrid, en una mano mientras la mirada se decide entre la decoración de Jaime Hayón y el color de unos platos mediterráneos que se enriquecen con sabores de otras culturas. El que fuera el edificio de hormigón más alto del mundo, hoy es todo un símbolo de vanguardia que sorprende. Encanta. Enamora. Embauca. Dos versiones de esta ciudad que nunca duerme en una carta dual y muy cosmopolita.
UNA CARTA CAMALEÓNICA EN MOVIMIENTO
Antes de entrar en el restaurante, un enorme oso en blanco y negro recibe a los clientes en el lobby de más de seis metros de altura del HOTEL BARCELÓ TORRE DE MADRID. Este gigante simboliza el Madrid de siempre en pleno siglo XXI, y ejerce de anfitrión en uno de los edificios más emblemáticos de la capital. El reconocido diseñador Jaime Hayón ha conseguido deslumbrar en cada rincón. “Fusionamos diseño y tendencias internacionales con influencias de la cultura, el arte y la moda locales”. La Plaza de España nunca cautivó tanto. En la segunda planta de este hotel vanguardista, SOMOS se presenta como el primer restaurante dual. SOMOS DAY y SOMOS NIGHT, dos conceptos innovadores en el ambiente más sugerente: “Este espacio evoluciona con la ciudad. Madrid no es la misma por el día que por la noche, ofrecemos dos versiones a través de nuestra carta. Queremos que los comensales descubran estos dos momentos tan antagónicos a través de dos propuestas gastronómicas realmente interesantes”. Una filosofía que atrapa desde el primer bocado a los paladares más atrevidos. Detrás de esta carta está el chef Juan Rioja, responsable de RANDOM, LE COCÓ Y EL COLUMPIO. “Se trata de platos que cambian en función del momento del día en una cocina donde prima el producto de mercado, por lo que la carta renacerá en cada estación para dar lugar a nuevas creaciones”. Mientras el sol ilumina la Gran Vía, no hay que perderse “el jamón ibérico de bellota; el carpaccio templado de manitas y navajas marinadas; o la alcachofa rellena de txangurro y caldo de marisco. Platos para compartir como los callos a la madrileña o el guiso de alubia blanca y pato son esenciales en nuestra carta. Del mar: la lubina salvaje con carbón de puerros o el rodaballo salvaje con salsa cítrica y emulsión de alcaparras. Y entre los productos de la tierra: el rib eye con patata rota y mojo. Otra de nuestras sugerencias: la paletilla de cordero con puré de pera asada.” Cuando se encienden los focos de la gran arteria madrileña, la carta da paso a productos más ligeros y sugerentes. “Aguachile de vieira; oreja de cochinillo, pulpo y crema de piñones; o el ceviche rojo de corvina son algunas de las sugerencias para empezar la noche”. Cuando llega el momento de los platos principales, la carta crece: “sargo asado con salsa bilbaína; rodaballo con salsa cítrica y emulsión de alcaparras; cocochas de bacalao con salsa de curry amarillo y frutos secos; o bulgogi con ensalada picante de trigo tierno y pera”. Y a cualquier hora del día o de la noche, las ostras al natural o aliñadas. En definitiva, una explosión en todos los sentidos.
UNA BODEGA SUGERENTE Y DUAL
La bodega de SOMOS supone un claro reflejo de la dualidad entre la noche y el día. “Entre los blancos es posible disfrutar de vinos del Bierzo, el Penedés, Pago Bolandín, Extremadura, Mallorca o Rías Baixas. Los tintos recorren Alicante, Jumilla, Madrid, Arribes del Duero, Priorat o Ribeira Sacra. Por supuesto no pueden faltar los de Rioja, Ribera del Duero y Toro”. En una carta tan cuidada hay una mención especial a los dulces. “Hemos apostado fuerte por los vinos de Lanzarote y Navarra”. Por su parte, los espumosos juegan un papel muy importante. “Ofrecemos cava y champagne. Desde un Dom Perignon Vintage o un Ruinart Rosé”. Otra clara apuesta por la calidad y el producto que se respira en cada instante. Si la bodega es irresistible, los postres son una oda a los sentidos. “Habría que volver varias veces y a diferentes horas del día para degustarlos todos. La panchineta con salsa de chocolate caliente; el crocante de frambuesa, chocolate blanco y praliné de pistacho así como el tatín de manzana suponen un final perfecto. Suculentos son también la tarta de almendras con helado de amaretto y las peras con sangría”.
TOCAR EL CIELO CON LAS MANOS
Disfrutar de unas vistas impresionantes en un enclave único es posible mientras se saborean estos platos. “Estamos en un edificio con mucha historia construido entre 1954 y 1960. Durante años fue el edificio de hormigón más alto del mundo. Y hasta que en 1982 se levantó Torrespaña, conocido popularmente como el Pirulí, era el más alto del país”. Y ahora, el diseñador Jaime Hayón lo ha colmado de actualidad a golpe de color y sofisticación. “El estilo de los 60 y 70 se respira en este espacio. Su personalidad singular, creativa e innovadora queda patente en cada detalle del hotel. El mobiliario de diseño o los sorprendentes juegos de espejos son solo algunas pistas del carácter rompedor de este lugar, que aspira a convertirse en una referencia no solo en Madrid”. Esta torre es un icono, testigo directo de capítulos históricos y de miles de anécdotas de la vida madrileña. Entre ellos, una fecha para el recuerdo. “El 21 de diciembre de 1959 nuestra torre de Madrid se vistió de gala. Era la visita de Eisenhower a la ciudad, y al paso de la comitiva por la Plaza de España todas las luces de la torre se apagaron. Solo quedaron encendidas aquellas que dejaban leer la palabra IKE. Un gesto hacia el presidente de EEUU, ya que era así como se le conocía familiarmente”. Tal es el carisma de este lugar que hasta el séptimo arte se ha rendido ante él. “Numerosas películas se han rodado en este histórico edificio que también ha albergado a grandes del cine como el director Luis Buñuel o la actriz Sofía Loren”. Y hasta tiene una canción. Algo de lo que muy pocos pueden presumir: “El dúo español de tecno pop AZUL Y NEGRO rinde homenaje al edificio en su tema “La Torre de Madrid”. Y mientras, la historia sigue en este espacio lleno de espejos donde la vista no se detiene. Y los flashes tampoco. A cualquier hora del día o la noche las cámaras buscan un encuadre único para inmortalizar un instante imposible de olvidar.
UNA COCTELERÍA CON GARRA
Al restaurante SOMOS se suma el GARRA BAR. Con una carta sin rodeos. Directa al paladar. “En esta torre de 142 metros también es posible disfrutar de un exquisito cóctel. En la planta baja del HOTEL BARCELÓ TORRE DE MADRID, GARRA BAR es una nueva alternativa donde disfrutar de la mejor coctelería. Un punto de encuentro para huéspedes y madrileños. Una parada que invita a disfrutar de la mixología hasta la madrugada.” La barra luminosa inspirada en el estilo Art Decó y coronada con una vitrina de vértigo, permite soñar mientras se disfruta de uno de los tragos más creativos. “En nuestro lounge bar ofrecemos los irresistibles VELHA GINGER MULE con cachaça. El BLUE HAWAI con vodka y curaçao blue es perfecto para tomar a media tarde, al igual que PASSION NUTS. Con tequila y avellana es otra de nuestras recomendaciones más sugerentes. También con alcohol, el SAKE BY GARRA con sake y sidra o el CABOLI de cava y bourbon. Entre los SIN; sabores exóticos como los del APPLE SOUR con manzana, limón y hierbabuena o el ASPIRIN con zanahoria, melón, apio y wasabi.” Sorbos que maridan a la perfección con los bocados de mar y tierra. “Apostamos por la calidad. Por eso en nuestra carta no faltan la anchoa del Cantábrico casera o la vieira con crema de alcachofa. Al igual que en SOMOS, las ostras son uno de nuestros imprescindibles. Un plato que contrasta con los grandes clásicos como la tortilla de patata, las croquetas o las delicias de bravas”. SOMOS y GARRA. O SOMOS GARRA. Dos propuestas unconventional para clientes nada convencionales. Para gente diurna. Para los más nocturnos. Para gente con garra.
GALERÍA
Fotografía de SOMOS y Ceviche de Sandía
RESTAURANTE SOMOS Y GARRA BAR
Plaza España, nº18.
28008 MADRID
Phone: 91.524.23.99
Precio:
Horario: Non stop