No se entiende el Madrid más latinero, el Madrid del Rastro, el más popular y desinhibido, el de la caña más dominguera, sin CASA AMADEO. LOS CARACOLES. Un espacio evocador, por el que parece que no pasa el tiempo. Un pequeño museo de lo castizo que ha preservado su esencia íntegra. El guardián de todo esto -Amadeo- a sus 91 años continua haciendo lo mismo que en los comienzos cuando solo tenía 10 años: conquistar a sus clientes. La receta de un éxito que traspasa fronteras tiene -entre otros- un poderoso ingrediente secreto: su simpatía. Él continúa compartiendo lo que llama: la salsa de la vida. Con todos los que pasan a verle y tienen un rato para compartir una animada charla. Todo un personaje del barrio conocido internacionalmente. El mejor embajador de un plato cargado de sabor. No les falta condimento a estos caracoles elaborados con chorizo, jamón, pimentón y picante. Un vino para acompañarlos. Pan de pueblo para mojar una salsa que quita el frío. Pura historia viva madrileña.

 

PERSONAJE INTERNACIONAL

Amadeo, cree en lo que hace. Al máximo. Tanto que este señor de 91 años, que comenzó su carrera profesional con 10 años, se toma cada mañana su tapa de caracoles y un vinito. Por supuesto moja pan. “Para evitar una bajada de azúcar”. Juan Ignacio Lázaro, es el séptimo y último hijo de Amadeo. Y como buen descendiente del fundador lleva un ingrediente en su ADN: “Pienso que lo que nos define es la simpatía”. Y así es. En este restaurante la simpatía se ejerce, y desde hace muchos, muchos años: “Mi padre vino a trabajar desde Burgos en el año 40 a un negocio que estaba en el número 15 de Cascorro. Era de su hermana y él tenía 10 años. Parece ser que los caracoles se comían mucho en Burgos. Los hacía mi abuela y el empezó a venderlos aquí. Durante un tiempo convivieron los dos locales y luego ya se trasladó definitivamente a este local que abrió en el año 72”. Cuando algo funciona, para qué cambiarlo. “Aquí conviven parroquianos de toda la vida y mucha gente que conoce el local de turismo internacional. CASA AMADEO. LOS CARACOLES ha alcanzado mucha proyección por la forma de llevarlo que ha tenido mi padre. Es una persona muy extrovertida, muy comunicativa. Él es un personaje. La gente viene a verle y a hablar con él más que a comer los caracoles. Cuando ha venido gente de fuera, mi padre habla con ellos en la mayoría de ocasiones y así se va corriendo la voz de su simpatía. Fuera de España hay mucha gente que lo conoce. También mucha gente que viene los domingos, día de Rastro”. Porque algo aquí está claro: “Si quieres pasártelo bien queda con él. Mi padre tiene ese rollo”. Y así le conocen aquí y en el extranjero.

 

LA SALSA DE LA VIDA

Cazuelas enormes llenas de caracoles detrás de la barra rebosantes de salsa, que su autor califica como “la salsa de la vida y para saborearla como dice Amadeo hay que mojar pan”. Su hijo nos explica casi todos los ingredientes que la componen porque “también tiene su secreto. La salsa está muy rica porque lleva mucho cerdo, es un plato similar a un cocido porque lo más rico es la sopa. Pues esto es igual. Se trata de aportarle sabor al caracol. Son muchos condimentos que aportan sabor. Jamón, chorizo, pimentón, picante, una salsa bien condimentada. Es fundamental lavar y tratar bien el producto. Desde las once de la mañana es habitual encontrarle con gente que viene a tomarse su tapa de caracoles”. Para mojar la famosa salsa, “pan de hogaza de León. Nos lo trae un vendedor de toda la vida. La gente se vuelve loca por ese pan. Es una esponja maravillosa. Tenemos productores que directamente nos atienden a nosotros. Un par de granjas”. Otros platos que triunfan: “También son muy conocidos nuestros guisos tradicionales como los callos a la madrileña que están muy ricos, oreja adobada o chorizo cocido que está excelente. También servimos bacalao rebozado que es una maravilla, gambas rebozadas, los zarajos de Cuenca, tripa de cordero lechal frita. También tenemos mejillones y cangrejos de río, que es muy nuestro. Hay pocos sitios que los tengan”. Calamares. Tortilla de patata. Manitas.Croquetas. Torreznos. Las propuestas son las de toda la vida y así planea la familia Lázaro que siga siendo.

 

SACARLE PARTIDO AL TIEMPO


En este lugar el tiempo se ha detenido. Los azulejos son los mismos de los años 70, la barra está igual, la antigüedad es un grado. “Poco a poco lo que hemos intentado ha sido sacarle partido al tiempo. Que prevalezca la decoración inaugural y el resto de detalles que hemos ido añadiendo que vaya acorde con ella. Aquí lo que más bebe la gente es cerveza, vino y vermut. Trabajamos con la marca Zarro, el de Madrid”. Pocas mesas y mucha barra para aprovechar el espacio, algo muy necesario especialmente los domingos, para este lugar de peregrinación de los asidos del Rastro, y turistas en busca de las esencias de la autenticidad castiza. Simplicidad, simpatía, tradición y mucho Amadeo. Si usted no sonríe aumente la dosis de Amadeo. La receta indispensable de “la salsa de la vida”.

 

GALERÍA

 

Fotografía de Borja Gómez

CASA AMADEO. LOS CARACOLES 

Plaza de Cascorro nº18

28005 MADRID

Phone: 913 65 94 39

Horario: de 9:00 a 0:00

Precio medio: 9,90 euros

www.loscaracolesdeamadeo.com

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