El HORNO DE SAN ONOFRE representa el equilibrio natural y sólido entre la tradición y la modernidad. Armonía y sabor. Precisión y calidad. Esmero máximo en guardar con fidelidad la herencia repostera de décadas. Pasión e ilusión por descubrir nuevas apuestas dulces y pasteleras. En el HORNO DE SAN ONOFRE todo el mundo encuentra su lugar. Sabores y aromas de siempre que se viven con una actualidad impecable. Recuerdos que son presente. Esencias que se transmiten con el mismo amor que en los comienzos. Naturalidad y vitalidad en un calendario repostero que endulza el año desde enero a diciembre. Roscones. Torrijas. Rosquillas. Buñuelos. Turrones. Panellets. Nombres y apellidos para una cultura gastronómica que sabe a dulce.Calidad de un producto impecable. Madrid tiene sabor propio. Madrid sabe al HORNO DE SAN ONOFRE. 

 

HISTORIA Y PRESENTE DE MADRID

El HORNO DE SAN ONOFRE en Madrid lo es todo. Tradición. Calidad. Dulzura. Sabor. Valentía. Audacia. Novedad. Cercanía. Es uno de esos lugares que se convierten en familiares. Una pastelería que forma parte de nuestro paisaje familiar. El HORNO DE SAN ONOFRE significa buenos recuerdos, calidad en el producto, atención esmerada y esa imagen de dulces, bollería y tartas que llevan el sello de una magnifica pastelería. Roscones de Reyes. Turrones.  Rosquillas de Alcalá. Buñuelos de viento. Y tantos y tantos bocados que marcan la vida de cada uno. Allí siempre ha estado y está el HORNO DE SAN ONOFRE. Una institución en Madrid que ha sabido a la perfección acompasar su paso con las necesidades de cada momento. Sin miedos. Con personalidad. Madrid no se entiende sin el HORNO DE SAN ONOFRE.

 

UNA HISTORIA DE PASIÓN REPOSTERA

La historia de el HORNO DE SAN ONOFRE arranca en 1972. Daniel Guerrero y Emilia Picón habían llegado a Madrid unos años antes. «Todo comienza como un sueño. Mi padre es hijo de pastelero. Y los dos plantean el primer negocio como la razón de su vida. Él había pasado por Mayte Commodore. Allí se le abrieron lo ojos. Le fascinó el mundo del chocolate. Más tarde estuvo estudiando precisamente en San Cugat del Vallés. Primero fue oficial de pastelería, después montó una pastelería en Torrejón de Ardoz. Hasta que un día paseando por el centro descubrió un traspaso en la calle San Onofre de una pastelería que se llamaba El Buen Gusto. Y aquí que se vinieron». Aquella calle, daría con el tiempo el nombre a este proyecto que han continuado sus hijas Ana y Mónica. Un lugar muy cerca de la Gran Vía, que durante estos años, ha vivido integrado en un entorno con mucha personalidad. Los principios como siempre fueron muy duros. «Aquí no entraba nadie. Poco a poco comienzan a hacer cosas. Muy despacio». Hasta que un viaje a Santiago de Compostela les abre los ojos con la tarta de Santiago. «Y empiezan con ella en Madrid. Adaptan la receta con la almendra Marcona, que siempre ha sido una de nuestras señas de identidad. Elaboran una tarta más cerca del mazapán que del bizcocho. Y esa es la gran revolución. Nos abre las puertas de Madrid. La tarta de Santiago siempre decimos que nos sacó adelante».  Muy pronto el HORNO DE SAN ONOFRE comenzó a expandirse por Madrid. Otro punto de esos que marcan la historia de la ciudad es LA SANTIAGUESA -en la calle Mayor- que se ha convertido en otro de esos lugares imprescindibles de nuestro paisaje pastelero. Después llegaron los espacios de la calle Hortaleza, de la calle Hernani y desde el luego el gran puesto del Mercado de San Miguel. Un imprescindible en este punto central de la vitalidad gastronómica de Madrid. Sin olvidarnos, del establecimiento tan especial que el HORNO DE SAN ONOFRE mantiene en Nagasaki, donde un socio de la familia, ofrece a diario la mejor pastelería española en el corazón de Japón.

 

UN CALENDARIO MUY DULCE

En el HORNO DE SAN ONOFRE se vive con pasión «el llamado calendario repostero y la pastelería tradicional. Es muy importante para nosotros vivir con las tradiciones que nos trae cada temporada. Nuestros clientes saben muy bien que siempre van a poder disfrutar lo que buscan». Por ejemplo ahora en Navidad «llegan los Roscones de Reyes; los turrones; los polvorones que son muy ligeros. Y a lo largo del año se nos identifica con la rica y variada repostería de cada momento. Las torrijas; los pestiños; las rosquillas del Santo; los buñuelos de viento; los panecillos de San Antón; las rosquillas de Alcalá forman parte esencial de nuestra propuesta». Lo que parece claro es que existe una vuelta a las raíces, a los orígenes. «Eso se manifiesta en un cuidado máximo de la materia prima. Para nosotros es lo más importante. No escatimamos ningún esfuerzo. Buenos piñones castellanos, excelente mantequilla, almibares, frutas confitadas y desde luego la almendra Marcona. Con todo ello los mazapanes, los mantecados, las palmeras de chocolate, los panellets son productos que nunca pueden faltar». Y así se configura un escaparate lleno de luz y de sabor. De fuerza y de calidad.

 

PROYECTOS DE FUTURO

En el HORNO DE SAN ONOFRE se apuesta también por la alimentación saludable. Por ello en el espacio que tienen en el MERCADO DE SAN MIGUEL se ha estrenado una nueva imagen: SAN-O. «Una propuesta que contribuye a una vida sana. De ahí surge SAN-O, dicho de otra forma: continuamente bueno. Tradición y modernidad se unen en este nuevo proyecto. En un espacio de contrastes donde la esencia de la repostería más tradicional convive con las últimas técnicas y productos de la nueva pastelería. No usamos sucedáneos ni margarinas, ni grasas trans. Sabemos que las cosas buenas son importantes por eso estamos encantados de endulzaros la vida”. En definitiva, el HORNO DE SAN ONOFRE representa lo mejor de la tradición pastelera de Madrid. Una tradición puesta al día, que da vida -a diario- a los sabores de una vida.

 

GALERÍA

 

Fotografía cedida por HORNO DE SAN ONOFRE

HORNO DE SAN ONOFRE

C/ San Onofre nº3. T. 915227216

C/ Mayor nº73. T.915596214

C/ Hortaleza nº9. T.915318376

C/ Hernani nº7. T.915543396

Mercado de San Miguel. Pl.San Miguel s/n  T.915416792

www.pasteleriasanonofre.com

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