IZTAC deslumbra. Y lo hace desde las más puras esencias mexicanas. Sabores inéditos que sorprenden y seducen. IZTAC es autenticidad en estado puro. Alta Cocina mexicana elaborada con cercanía y sinceridad. No hay interpretaciones. Hay una jugosa fidelidad a los orígenes -a sabiendas- de que la gastronomía mexicana ofrece una riqueza de tal calibre, que hace que cada receta sea ciertamente diferente. IZTAC brilla con fuerza. Por la personalidad propia, por la coherencia en la cocina y por ser un proyecto donde todo tiene sello de identidad. Un equilibrio perfecto entre el México de la tradición y el México de la creatividad. Todo sabe a México. Grandeza y sencillez. Historia y futuro. Experiencia y novedad. IZTAC es puro México en Madrid. Y eso es un auténtico placer.

 

ESENCIAS. SABOR. HISTORIA

IZTAC surge como un verdadero encuentro con las esencias, con el sabor, con la historia y con la auténtica gastronomía de México. Todo pensado con una forma de ser única e intransferible. IZTAC lleva unas semanas abierto en Madrid. Un tiempo más que suficiente para hacer cambiar el paso a la cocina mexicana en la ciudad. Un proyecto vibrante y brillante. Una apuesta certera y cautivadora. Una cocina sabrosa y de mucha calidad. Un sueño de Jorge Vázquez que ya es una realidad. Precisamente en un espacio que no es una casualidad. Y es que IZTAC lo encontramos en un lugar icónico de la cocina mexicana en Madrid. «Este local es esencial para nosotros. Aquí en 1959 se inauguraba México Lindo, que fue el primer mexicano en Madrid. Y aunque nuestro proyecto es diferente, si que es muy bonito poder continuar el linaje, la cultura y la tradición en un local emblemático para la cocina mexicana aquí». Jorge Váquez -con una larga y fructífera actividad profesional- se ha ido acercando poco a poco al mundo de la gastronomía. Primero en Mex&Co. situado en La Moraleja y ahora con IZTAC que es «un proyecto con el que queremos romper con los estereotipos que se tienen en Madrid con la cocina de México. Queremos que cuando vengan nuestro clientes sepan que están comiendo como podían hacerlo en cualquier espacio de D.F.». México es un crisol de sensaciones y de recorridos, de matices y de recuerdos. Y de ello se habla en IZTAC. «De los 32 estados, hay nueve zonas gastronómicas que vienen determinadas por la forma de elaborar los moles, los chiles, las plantas, las carnes, los pescados y las verduras. Formas diferentes de cocinar con raíces prehispánicas, criollas, mestizas, conventuales». Una amplia propuesta que encontramos en IZTAC.

 

LA RIQUEZA GASTRONÓMICA DE MÉXICO

En IZTAC saben muy bien que «sí la cocina mexicana es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad según ha declarado la UNESCO por algo será. Es una cocina que tiene mucho detrás y eso es lo que queremos explicar en Madrid. La cocina mexicana son guisos, son sabores, son elaboraciones, son propuestas que nada tienen que ver con lo que muchos piensan que es. México no es tex-mex. Eso es otra cosa, totalmente diferente. México es variedad, es riqueza, es una gastronomía sorprendente y muy rica. Y eso es lo que queremos que sea IZTAC». Un magnífico objetivo que está en manos de un chef mexicano como es Nacho Oropeza «que es un verdadero experto en cocina clásica mexicana y que ha dedicado muchos años de su vida a un trabajo muy interesante como es visitar aldeas y pueblos, e ir materializando en recetas actuales esas recetas milenarias que se elaboran desde la más absoluta tradición oral que van pasando de familia en familia. Él es un gran experto y conoce muy bien todos esos detalles».  Por ello, en la cocina de IZTAC se trabaja con una pasión: «Transportar al comensal a los sabores más auténticos de esta gastronomía usando los ingredientes que esta cocina ofrece y que hacen de cada bocado algo sorprendente». La zona de cocina está abierta e integrada en la sala y «destila un estilo vanguardista que se complementa con un toque mexicano contemporáneo muy chic en todo el entorno».

 

UN RECORRIDO POR TODA LA COCINA MEXICANA

La carta de IZTAC es un viaje de sabor y de color por el México de las raíces y de la tradición. Recetas inéditas. Sabores brillantes. Propuestas fuera de circuito. Una experiencia de principio a fin que «rompe cualquier idea prefijada que se pueda tener sobre la cocina mexicana». Una carta bien articulada y donde cada platillo es un compendio de historia. «¡Espectacular el guacamole! Preparado con aguacate molcajeteado, con cilantro, tomate, cebolla y chile verde. En los entrantes hay que probar también los Molotes que es una masa de maíz delgada, ovalada a mano, rellena de patata guisada con chorizo y la tradicional rellena de queso Oaxaca, con epazote, acompañada de crema y salsa». Una delicia el Mochomo que es «vacío de ternera, cocinado lentamente para obtener finas hebras, que después son fritas, para dejarlas crujientes y acompañarlas de nuestro puré de aguacate y salsa borracha». Una de la propuestas imprescindibles de la carta son los Esquites, un platillo preparado con «la mazorca blanca hervida y aromatizada con epazote, acompañada de una mayonesa picante y queso fresco. Pura tradición callejera de México». Y desde luego los Tlacoyos Verdes «un guiso de nuestro característico hongo Huitlacoche, con flor de calabaza, maíz, cebolla y ajo, para verterlo en nuestro nopal fresco, que va asado a la plancha y decorado con crujientes tortillas y brotes de temporada». En los platillos principales saboreamos una auténtica fiesta de guisos de la tierra siempre acompañados de los tacos. Increíbles las Enchiladas de Mole: «Un plato que reúne un mestizaje gastronómico, técnicas e ingredientes mexicanos y condimentos europeos. Deliciosas enchiladas rellenas de pato confitado, bañadas de nuestro tradicional mole de más de 32 ingredientes». Maravillosas las Perdices en Mancha Manteles: «Un plato con mucha historia, que está integrado por una salsa compuesta de chiles, frutas, frutos secos y especias que baña a unas perdices rostizadas que están sobre un puré de camote. Un platillo 100% conventual». Y única es la Pesca a la Veracruzana: «Este plato refleja las influencias gastronómicas vizcaínas, combinadas con la variedad de productos de las costas del Golfo de México. Filete de pargo rojo, cocinado en papillote con una salsa a base de tomate, cebolla, aceitunas, alcaparras. Acompañado de un cremoso de patatas». Estos son -sólo- algunos ejemplos de una carta sólida, muy bien pensada donde cada bocado explica a la perfección una gastronomía repleta de historia milenaria.

 

POSTRES ESPECIALES. TEQUILAS Y MEZCALES ÚNICOS

Los postres de IZTAC significan -sin duda- un capítulo con sabor propio. Las sugerencias hablan por sí solas como «la Pirámide de chocolate de 70% cacao mexicano y tequila con un crumble de mole y crema de vainilla de Papantla». O el mítico «canutillo de Nogada Crujiente, canutillo de trigo con azúcar, relleno con nata cremosa, queso de cabra y nuez Castilla, bañado en salsa de Jeréz acompañado de compota de frutas». Y desde luego, «el Buñuelo con mousse de Guayaba  y miel de piloncillo sobre un crujiente masa de trigo rebozada en azúcar acompañado de compota de frutos rojos». Todos se presentan como sugerencias obligadas para terminar una agradable y muy mexicana comida o cena en IZTAC. Además -desde luego- se puede disfrutar también de «una excelente carta de vinos donde queremos tener esas etiquetas de siempre y también nuevas propuestas para nuestras clientes y que mariden bien con nuestra cocina». Capítulo especial en IZTAC son las propuestas de «cervezas mexicanas. Y desde luego ofrecemos una importante carta de tequilas y de mezcales con todas las propuestas más importantes. Nuestra barra es un buen espacio coctelero pensado para degustar una interesante carta de tragos».

 

LA ARMONÍA ESENCIAL

En IZTAC todo guarda la misma sintonía. Todo es armónico y preciso. Por eso, el diseño de interiores está muy cuidado: «Es un trabajo de una arquitecta mexicana -buena amiga- Lourdes Treviño. Está realizado desde el estudio FreeHand«. IZTAC lo han diseñado como «un lugar lleno de luz en el que sentirte como en casa donde se une la elegancia minimalista con materiales como la madera que aporta sensación de calidez». Llaman mucho la atención los lienzos «realizados por el artista Gabriel Moreno que se integran perfectamente al diseño del restaurante y narran la maravillosa leyenda del Popo y el Iztac los dos grandes volcanes que se admiran desde la Ciudad de México». Y es que precisamente de ahí nace la historia del nombre de IZTAC: «El proyecto recibe su nombre de la leyenda de los amantes Iztaccíhuatl y Popocatépetl. Una historia de amor ambientada en el esplendor del Imperio Azteca que relata la tragedia de estos dos enamorados. Una historia que recuerda a los amantes de Teruel y que termina trágicamente.  Al final, los jóvenes se convierten en dos grandes volcanes y seguirán así hasta el fin del mundo. La leyenda añade que cada vez que Popocatépetl se acuerda de Iztaccíhuatl el volcán arroja cenizas en un símil a la pasión eterna de su antorcha echando humo». Una historia de amor -una epopeya mexicana- que sirve para dar alma a IZTAC: un mexicano que apasiona desde el primer momento que se prueba.

 

GALERÍA

 

Fotografía cedida por IZTAC

IZTIAC

Plaza de la República del Ecuador nº4   

28016 MADRID

Phone:  910 09 02 35

Horario: L-D 13:30 a 16:30 h / 20.30 a 0:00 

Precio medio: 40 €

www.iztac.es

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