Muy cerca de la Plaza Mayor, en pleno centro de Salamanca, está ubicada LA HOJA 21. Uno de esos lugares que ha sabido encontrar su sitio gracias a un excelente trabajo en la cocina y a una atención exquisita en sala. Buena bodega, excelente producto, cocina evolucionada atendiendo siempre a las raíces y a los orígenes. LA HOJA 21 es una agradable sorpresa en un entorno monumental como es la preciosa ciudad universitaria.
EQUILIBRIO Y COMPROMISO
LA HOJA 21 es el proyecto de dos hermanos, Alberto y Sebastián. Después de varios locales, finalmente pusieron en marcha el actual restaurante, en un viejo convento en la calle de San Pablo. Una fusión perfecta entre la historia de Salamanca y el diseño de futuro, un reflejo exacto de lo que nos encontramos en este precioso comedor, con mucha luz natural, con un espectacular espejo que preside una de las salas y con una bodega que enmarca el entorno. Los hermanos López han sabido crear un ambiente equilibrado, una cocina con un gran compromiso con la tierra y una empatía muy especial con el cliente que se acerca hasta LA HOJA 21. En la cocina Alberto ha sabido instalar un estilo propio. Formado en la Escuela de Hostelería de Salamanca, con maestros como Arzak o Subijana, ha ensamblado toda la tradición de una tierra de gran producto gastronómico, con una modernidad elegante y sugerente en un enclave universitario y abierto como es Salamanca. En la sala Alberto dirige con maestría un escenario acogedor, algo rompedor y muy respetuoso con el entorno.
Bolsita de queso y gambas
CARTA DINÁMICA Y MIRANDO A LA TIERRA
La carta tiene un diseño muy medido y en la que se puede hacer un repaso por distintas propuestas siempre con las ideas muy claras. Hay entrantes de obligado cumplimiento como pueden ser los crêpes de txangurro, las bolsitas de queso y gambas o el risotto de hongos con vegetales. Entre los pescados hay que anotar el lomo de rape con salsa cremosa de foie, la merluza escaldada con un crujiente de farinato o el calamar asado sobre el fondo de pimiento en su jugo. Y en las carnes, tenemos el lucimiento propio de una tierra donde este producto es de excelente calidad: desde las manitas de cerdo deshuesadas rellenas de langostino, pasando por la carrillera de Morucha con salsa cremosa de patata frita, por supuesto, las mollejas de ternera asadas con salsa de lomo ibérico, el pato dos texturas con chutney de calabaza y, desde luego, el cabrito asado en su salsa con alcachofas. Y en los postres hay que probar texturas de una manzana, los tres quesos de la zona y el gin tónic con galleta de naranja y el jugo de lima. Y en temporada desde luego la torrija es muy brillante. En todo caso la carta es dinámica y está muy bien acompasada con cada época del año. Carta de vinos completa y correcta. Además ofrecen un excelente menú del día que bajo el epígrafe de comida de autor para todos los días por 14.90 euros, presenta una fórmula muy competitiva.
La maravillosa Torrija con helado
