En LA TIROLINA DE ARAVACA manda la cocina. Y lo hace con rotundidad y elegancia. Con solvencia y claridad. Con esencias y producto. Una cocina a la vista que se convierte en un espectáculo solido y sabroso. Las brasas marcan el ritmo de un espacio diseñado para disfrutar. Un esplendoroso ventanal permite que los fogones y las brasas se introduzcan silenciosamente en la sala recordando a todos que en LA TIROLINA DE ARAVACA todo es nitidez y calidad. Un encuentro cara a cara con los sabores y con las sensaciones de una gastronomía sincera. Una cocina sin caretas. Equilibrio. Grandeza. Valentía. Un espacio donde la cocina es de todos. Y donde todos disfrutan con la cocina. Siempre con una propuesta cuidada. Siempre con las ideas claras: el producto es la esencia de la calidad. 

 

UN ESPACIO CON HISTORIA

LA TIROLINA DE ARAVACA tiene historia. Mucha historia. Una historia de recuerdos y de cocina. Una historia que para una generación ha sido un espacio de referencia como fue en su día: Tiro Con Arco. Un lugar de esos que el tiempo convierte en míticos por su personalidad y por su fuerza. LA TIROLINA DE ARAVACA ocupa el sitio de aquel emblemático proyecto y hace un par de años «la sometimos a un cambio estético y de carta que ahora hemos culminado con la ampliación de una excelente cocina. Amplia. Muy grande. Con más de 60 metros cuadrados. Hemos querido convertir la cocina en el centro del proyecto. Y más concretamente las brasas. En esta nueva etapa las brasas son parte de nuestra forma de ser y de nuestra manera de entender la cocina». Cocina a la vista y la grandeza de las brasas: esas son en estos momentos las dos grandes referencias en las que se basa este precioso espacio en el centro de Aravaca. Una zona que ofrece toda la tranquilidad necesaria para disfrutar de un excelente producto. Prioridad absoluta de LA TIROLINA DE ARAVACA.

 

PRODUCTO EN ESENCIA

En la cocina de LA TIROLINA DE ARAVACA encontramos a Gonzalo del Hoyo. Un chef ilusionado y que se considera «una persona privilegiada en este proyecto. Yo me he formado en Madrid en Le Cordon Bleu, me considero un autodidacta puesto que no he tenido ningún cocinero de referencia. Lo cierto es que aquí en LA TIROLINA DE ARAVACA es una maravilla poder trabajar en un espacio tan amplio. La cocina vista y la amplitud con que trabajamos es una auténtica suerte». Y es que esta cocina esta diseñada por García & Casademont. Una marca de referencia que ha preparado cocinas de espacios como El Bulli, el Celler de Can Roca o el Sant Pau. Con estos mimbres, Gonzalo sabe muy bien como hay que construir una propuesta ganadora: «Nuestra cocina es una cocina de producto. Sin camuflar. Me encanta que nuestros clientes sepan muy bien lo que van a comer. El producto hay que mimarlo, sin mezclar sabores innecesariamente. Donde el sabor de la carne o del pescado -por ejemplo- sean los grandes protagonistas». En LA TIROLINA DE ARAVACA se visualiza a la perfección lo más importante: la cocina y la bodega. La primera de ellas es el centro de todas las miradas, la segunda ocupa un lugar central en una de las salas. Dos claros mensajes que certifican lo importante que es el producto en este espacio gastronómico. Un producto con nombre propio y siempre en temporada. «Para nosotros es imprescindible la temporada. Por ejemplo las setas o la trufa son determinantes en mi cocina. Creo que son especialmente sabrosas para nuestra propuesta gastronómica que tiene que ser clara».

 

LAS BRASAS EN SU PUNTO

La carta de LA TIROLINA DE ARAVACA es una demostración rotunda del esmero con que se cuida la materia prima. Gonzalo es muy explícito cuando explica que «las brasas y el producto de temporada son esenciales en mi cocina. Las brasas forman parte de las raíces de nuestro proyecto. Son una maravilla. Siempre resaltan el sabor y la fuerza del producto. Para muchos es un auténtico descubrimiento». Y efectivamente en las brasas se elaboran -a diario- las carnes: «El picantón de corral relleno de setas con parmentier de patata trufada; el magret de pato con puré de zanahoria y peras al vino; el Ribeye de vaca con 15 días de maceración y que se acompaña de pimientos y patatitas asadas y desde luego la gran hamburguesa de vaca gallega que a la brasa, también es una delicia». En los pescados, las brasas son especialmente brillantes: «La merluza con salsa de pimiento y anguila de monte salteada; el sapito con salsa de langostinos; el rodaballo también es una delicia y el pulpo gallego a la brasa es un plato que entusiasma». Gonzalo es además un amante de la cocina italiana y de ello da buena cuenta en la carta con algunas elaboraciones ciertamente sabrosas como «la burrata trufada con tomate de huerta ecológico y aceite de albahaca; la calabacita asada rellena de stracciatella de búfala, los raviolis de burrata con salsa de tomate italiano y tomillo,crema de calabacín, albahaca y hierbabuena; el rissotto de boletus edulis frescos o los espaguetis a la carbonara di Vera». Otro punto fuerte de la carta de LA TIROLINA DE ARAVACA son «los tacos de steak tartare; el tartar de salmón ahumado y el carpaccio de atún rojo del Mediterráneo». Una carta que se completa con otras delicias como «el dimsum de morcilla; las navajas a la brasa; las alcachofas confitadas en aceite de oliva o unas deliciosas croquetas de jamón ibérico».

 

UNA REPOSTERÍA DE DIEZ

Los postres en LA TIROLINA DE ARAVACA son un capítulo muy especial. Con repostería propia, las sugerencias que encontramos son una maravilla: «Los postres los cuidamos mucho. Son esenciales para nosotros. El lemon pie es un éxito seguro; la trilogía de chocolates o los chocolates en tres texturas merecen la pena. La tarta de queso o el flan de dulce de leche son  sugerencias perfectas para terminar de diez una comida». La bodega -también a la vista- está muy bien seleccionada: «Con referencias clásicas y algunas nuevas de pequeños bodegueros ofrecemos una propuesta completa y variada». LA TIROLINA DE ARAVACA es un espacio acogedor. Colores cercanos. Luminosidad esencial. Mesas altas. Pero sobre todo ¡cocina, cocina, cocina! Un espacio que marca prioridades y sensaciones. Un espectáculo donde la personalidad del producto marca los ritmos. En LA TIROLINA DE ARAVACA se puede disfrutar también de una excelente terraza qua hace de este espacio un lugar muy sugerente. Sin olvidarnos que a pocos metros ofrecen la posibilidad de un interesante take away –JUMPING– donde disfrutar a cualquier hora del día de un café, un sandwich o una merienda. LA TIROLINA DE ARAVACA una apuesta de éxito donde el sabor, el producto, las brasas y la sinceridad equilibran una cocina sabrosa y sólida.

 

GALERÍA

 

 

Fotografía cedida por LA TIROLINA DE ARAVACA y Ceviche de Sandía

LA TIROLINA DE ARAVACA

Plaza de San Anacleto nº 1

Aravaca

28023  MADRID

Phone: 913078755

Horario: M-J 13:00 a 0:00/ V-S 13:00 a 2:00/ D. 13:00 a 17:00/ Lunes cerrado

Precio medio: 30 euros/ Menú ejecutivo: 18 euros

www.latirolinadearavaca.com

 

 

 

 

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