LAVERÓNICA tiene duende. Mucho duende. 30 años de una Casa de Comidas que ha creado en Madrid un estilo propio. Situada en el Barrio de las Letras es un lugar de encuentro, de disfrute, de charla. Es un espacio de vitalidad. Con arte. Luz. Creatividad. LAVERÓNICA nos descubre una cocina de raíces. Tradición. Guisos. Y siempre con una aportación de autenticidad. De imaginación. Con personalidad. En este espacio se percibe alegría. Se transmite ilusión por los detalles. Se contagia una complicidad -tan especial- que hace que cada comensal se sienta como en casa. Las recetas de siempre saben convivir con precisas y acertadas actualizaciones. Sabiduría gastronómica. Experiencia de sabores y de equilibrios que brillan con luz propia en un entorno único. Encuentro de colores y de contrastes. Imaginación sosegada. Diseño natural. Una improvisación sugerente. En LAVERÓNICA siempre hay alguna sorpresa. Forma parte de su esencia.

 

UN ESPACIO DONDE PASAN COSAS

LAVERÓNICA cumple 30 años. El próximo mes de diciembre es la fecha de la celebración. Tres décadas en esta Casa de Comidas del Barrio de las Letras. Un tiempo en el que han sabido -de forma impecable- mantener las esencias estando en constante movimiento. Un espacio de referencia por la personalidad que exterioriza, por la calidad del producto, por una propuesta donde la imaginación es esencial. En LAVERÓNICA -siempre- todo es diferente. Hay vida. Hay magia. La historia de LAVERÓNICA arranca de la mano de Tati Casado. «Inicialmente se llamaba LA VACA VERÓNICA. Y así ha sido muchos años. Antes de llegar a este espacio de la calle Moratín, estuvo en otros dos locales. Siempre en esta zona. Muy cerca del Museo Thyssen y del Museo Reina Sofía. En un entorno de artistas, músicos, galeristas, actores y actrices. Por eso, LAVERÓNICA siempre ha sido un lugar de encuentro. De mucha gente del mundo del arte -desde luego- pero también de muchas otras personas que se han sentido atraídas por la vitalidad de un lugar en donde siempre pasan cosas». Charlamos con Mariana Gyalui. Sobrina de Tati. Desde hace cinco años, ella es quién dirige el proyecto. «Siempre me he dedicado al mundo de la música. Como promotora y representante de artistas. Pero en un momento determinado decido dar un impulso a LAVERÓNICA. Mi tía se merecía un descanso. Y me implico en este espacio. Para empezar cambiamos el nombre; buscando algo diferente, por eso desaparece La Vaca. Pintamos el local de blanco, lo abrimos a la luz de la calle. Y también lo llenamos de color. Eso si, mantenemos el amarillo como el color de la casa». Una preciosa lampara Haussmann -de las 100 bombillas- preside la sala. En diferentes paños lucen la estera de las esteras elaborada con esparto por artesanas andaluzas. También en otro de ellos se puede contemplar una preciosa actuación de flores artificiales «de una edición de Decoracción. Ya se ha quedado como algo intocable. Es el fondo de pantalla de muchos de nuestros clientes». Vajilla artesana también de colores. Lamparas y sillas de diseño. Todo en una armonía imperfecta que hacen de LAVERÓNICA un espacio donde cada persona encuentra su rincón. En estos últimos cinco años LAVERÓNICA se ha renovado. Es un lugar con mucho carácter y con una excelente cocina. Al mismo tiempo, «hemos sabido mantener las esencias de siempre». 

 

TRADICIÓN Y CREATIVIDAD

LAVERÓNICA es por encima de todo «una Casa de Comidas». Treinta años es un tiempo importante para un restaurante; y en LAVERÓNICA han sabido actualizarse constantemente. ¿La clave? «Es un lugar con alma. LAVERÓNICA tiene duende. Somos una Casa de Comidas con rollo, con arte. Hay muchos amigos -actores y actrices, artistas, músicos- que sienten este sitio como su casa. Aquí comen como en casa. Nuestra cocina es una cocina del día a día. Cocina de mercado. No hay pretensiones de estrellas, pero sí de una cocina que guste a todos y elaborada con muy buen producto». La carta de LAVERÓNICA nos conduce a un sugerente mundo de sabores. De recetas enraizadas en la tradición, en los guisos, en los fondos. Siempre con una vuelta de vitalidad y de buen gusto. Bocados imprescindibles como «la ensaladilla rusa con huevo frito y chips caseras. Las croquetas LAVERÓNICA de puerro, pringá o marisco con kimchi. Las alcachofas naturales confitadas en AOVE terminadas a la plancha, con huevo de codorniz y sal de jamón». Muy buenos también «el ceviche de corvina, gambas, mango y plancton; las albóndigas de sepia y gambón o los calamares en su tinta con arroz». En las carnes merecen un capitulo especial «el filet LAVERÓNICA de vaca asturiana -que nos traen a nosotros- y que presentamos con patatas fritas caseras y verdura del día. Hemos incorporado un rabo de toro espectacular con apionabo, palomitas -que se siente pero no se ven-  cebolla francesa y cacahuetes». En los arroces y pastas encontramos uno de los platos emblemáticos de LAVERÓNICA: «Es la pasta fresca con carabinero. Lleva treinta años en la carta y son muchos los clientes que siguen viniendo para disfrutarlo. Pero está claro que queremos también cosas nuevas. En este sentido, hemos incorporado un arroz negro con gamba roja que esta buenísimo y que mantiene el espíritu de nuestra casa». En los postres algunos intocables como «la tarta de chocolate negro y frambuesa conocida como la tarta Maruja o la tarta de Motteau que es la sorpresa que nos llega -a diario- desde esta pastelería que es la mejor de Madrid. Los helados los elaboramos nosotros. Cada mañana uno o dos sabores para cada día». El menú del día de LAVERÓNICA es una de las maravillas de esta Casa de Comidas. «Cuatro primeros. Ochos segundos. Varios postres. Con la posibilidad de disfrutar de la ensaladilla rusa con huevo frito; las lentejas caseras; el Bienmesabe con pipirrana; el escalope milanesa con mayonesa de kimuchi y patatas; el lomo saltado con arroz y patatas o medio filet LAVERÓNICA con pasta al pesto. Y en los postres propuestas como la tarta de queso con nata y toffee o la tarta de chocolate negro con frambuesas». Una aventura de sabores que llegan siempre a buen puerto.

 

DISEÑO INFORMAL

En LAVERÓNICA, una de las últimas incorporaciones es una coqueta barra de coctelería. «Una pequeña barra, que quizá vaya creciendo. Pero ahora mismo está pensada para servir Margaritas y Mojitos». Solamente. Y la verdad es que como todo lo que se hace en esta Casa de Comidas ha sido un gran acierto. La carta de vinos que encontramos está muy equilibrada. Un repaso acertado por las diferentes Denominaciones de Origen.  LAVERÓNICA es un lugar para disfrutar, para charlar, para vivir. «Un lugar de encuentro. Estamos abiertos todo el día. Aquí se encuentran mucha gente. Tertulias. Charlas. Sin prisa. Es un espacio vital. ¿Hay locuras? Pensadas y medidas». En LAVERÓNICA es imprescindible «el equipo. Es verdad que estoy aquí siempre. Habitualmente. Es muy importante. Pero también las personas de las que me he rodeado son claves». LAVERÓNICA es -en definitiva- una propuesta diferente. Esencias de la tradición. Creatividad. Arte. Imaginación. Diseño. Una apuesta informal y cuidada. Un lugar con magia y …¡con mucho duende!

 

GALERÍA

 

Fotografía de Borja Gómez

LAVERÓNICA

C/ Moratín nº38

28014 MADRID

Phone: 914297827

Horario: M-S 10:00 a 2:00/ D. 10:00 a 18:00/ Lunes cerrado

Precio Medio: 30/35 euros/ Menú del Día: 15.70 euros

www.restuarantelaverónica.com

 

 

 

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