LUCCA  es una preciosa ciudad medieval situada en la Toscana. Esplendor. Grandeza. Cercanía. En LUCCA se vive en primera persona una armonía perfecta. Una ciudad medieval impecablemente conservada lo que se traduce en una espectacular y majestuosa estética. Ubicada en el norte de la Toscana está rodeada de un entorno precioso y único. El campo -maravilloso y colorista- hacen de LUCCA una plaza muy especial. Un punto de destino obligado para conocer la Italia más preciosista y monumental.

 

UN LUGAR  ESPECTACULAR

LUCCA es una ciudad – de unos 90.000 habitantes en la actualidad- situada en la Toscana. Más concretamente entre Pisa y Florencia, con las que conforma un triángulo mágico. Historia. Brillantez. Autenticidad. LUCCA mantiene toda la grandeza y esplendor de una ciudad medieval de una gran importancia. Conocida como «la ciudad de las 100 torres y de las 100 iglesias» sigue ofreciendo en sus calles, en sus iglesias, en sus plazas y en sus secretos toda la magia de la historia. LUCCA es una continua sorpresa. Siempre agradable. Siempre imponente. Siempre maravillosa. En LUCCA convive una monumentalidad magnífica con la cercanía de una gente abierta y simpática. Grandeza maridada con la vitalidad cotidiana. Además los alrededores de la ciudad nos sorprenden con una imponente colección de antiguas Villas rodeadas de unos jardines deslumbrantes. Edificios donde el tiempo no pasa y en los que se encierran atractivos capítulos de historia y de grandeza. Los alrededores de LUCCA -también- ofrecen pequeñas bodegas, queserías artesanas y espacios donde se cultiva con esmero y cariño un excelente producto gourmet.

 

MONUMENTAL E IMPECABLE

Una visita a LUCCA nos conduce primero a contemplar las espectaculares murallas del siglo XVI que permanecen intactas rodeando íntegramente la ciudad medieval. Más de tres kilómetros para pasear, visitar y disfrutar. Pero hay muchas más cosas; como Il Duomo di San Martino que es la catedral de LUCCA. Un templo románico de un delicado y elegante estilo; el interior luce un gótico espectacular. Otro de los puntos obligados de una visita a LUCCA es la Piazza del Anfiteatro. Construida sobre un antiguo anfiteatro romano, es la única del mundo de forma ovalada. Representa la vida de la ciudad en un colorista espacio de restaurantes y cafés con la cita semanal del mercado. Espectacular es también el Palazzo y la Torre Guinigui. Un espacio único con una torre de 41 metros de altura. En el último piso un curioso jardín hace de mirador exclusivo sobre toda la ciudad. Muy interesante también la Plaza Napoleón y el Palacio Ducal en el corazón de LUCCA. A pocos metros de allí encontramos el Teatro del Giglio -elegante y majestuoso- símbolo de la gran afición musical que se respira. Otros lugares que hay que visitar es la Basílica de San Frediano o la Iglesia de San Michele in Foro. Y desde luego la Torre de las Horas, magnífica y estilizada -situada en la Vía Fillolungo– cuyo reloj es un símbolo de LUCCA. Precisamente en esas calles de alrededor, un vigoroso comercio demuestra la fuerza de una ciudad que vive con intensidad y disfrute.

 

PASIÓN POR LA MÚSICA

En LUCCA se respira música en sus calles. No en vano, es la ciudad natal de músicos como Giacomo Puccini o Luigi Boccherini. Precisamente de Puccini se conserva su casa natal como un lugar de auténtica devoción musical. Una casa preciosa en el centro histórico de la ciudad que sirve para realizar un recorrido por operas tan señeras como La Boheme, Madama Butterfly, Tosca o Turandot. Es un edificio de tres plantas. Con varios salones, en ellos se conservan recuerdos familiares y personales de Puccini. El piano, retratos, cartas, partituras autógrafas, la biblioteca, carteleras y programas de sus óperas. En la plaza contigua a su casa natal, una preciosa escultura le recuerda con cariño y devoción.

 

SABROSA GASTRONOMÍA

La cocina de LUCCA es muy rica y variada. Cocina con el sello de las raíces. Gran riqueza de productos gourmet de la región de la Toscana. Sin duda, el cerdo y sus derivados son las estrellas de muchas de las recetas. Además no falta la polenta, excelentes verduras y la espelta -llamado farro– que forma parte de la cocina cotidiana. En LUCCA son imprescindibles los embutidos de la tierra. Una gran variedad, de una gran riqueza en sabor y un maravilloso valor gastronómico. Siempre acompañados por panzanella que es un pan condimentado con tomate y cebolla. Además hay que hablar de la garmugia; que es una sopa elaborada con habas, alcachofas, espárragos y guisantes. Otro plato es la farinata: polenta cocida en una sopa de alubias y cavolo nero. También la sopa de farro o frantoiana presentada con huesos de jamón, judías verdes, patatas, zanahoria, cebolla, calabaza, radiquio o col lombarda. Y entre las pastas hay que probar los tordelli lucchesi, que son raviolis rellenos de carne de cerdo. Propuestas en las que siempre se pueden degustar: salchichas, higadillos de cerdo, tortilla de panceta o la frissoglia que es una menestra de verduras. En temporada, no faltan las setas, la trufa negra y blanca, la miel, las fresas, los quesos Pecorinos o los mariscos llegados desde Viareggio. En los postres las castañas son el ingrediente central en tartas y pasteles. Todos deliciosos.

 

LUCCA además tiene a disposición del visitante una magnífica oferta de hoteles. Con todas las propuestas posibles. Deliciosos hoteles boutique que se convierten en casas muy acogedoras para visitar la ciudad durante unos días. Y también excelente oferta gastronómica. Restaurantes de gran calidad y para todos los precios. Llama la atención Giglio con una estrella Michelin. Por cierto, quién visite LUCCA en diciembre deberá visitar IL DESCO. Una gran cita con el mejor producto y los mejores vinos de la región en una magnífica feria de alimentación con todas las sugerencias posibles.

GALERÍA

Fotografía cedida por Turismo Toscana

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