Era muy complicado poder acercarse a la gastronomía filipina en Madrid. Era muy complicado por no decir que imposible. Con NÀMIT eso ha cambiado. En este restaurante, situado en pleno barrio de Chamberí, podemos conocer ya la gastronomía de Filipinas y lo hacemos  compartiendo  la experiencia con otras miradas hacia la cocina asiática y sin olvidarnos en ningún momento de las raíces mediterráneas. NÀMIT es un lugar agradable y acogedor que nos introduce en una alegre y seductora mesa filipina. 

 

CARÁCTER FILIPINO

En NÀMIT hay amor por Filipinas. Y existe una auténtica pasión por esa gastronomía. Su propietaria, Inés Lamata, nació allí y vivió hasta los 19 años. Con  diversas experiencias hosteleras en su vida, ha decidido poner en marcha este proyecto porque quiere trasladar ese cariño y ese conocimiento hacia la cocina filipina. «No somos temáticos», nos dice Inés. «Queremos estar abiertos, aunque hay una gran apuesta por todo lo filipino; pero también cuidamos la gastronomía malaya o Thai, y desde luego estamos inmersos en toda nuestra cultura mediterránea. Pero está claro que la gastronomía de Filipinas es la gran desconocida en España y quiero ser una pedagoga que poco a poco introduzca aquella cocina  que es maravillosa». El recibimiento ha sido muy bueno, desde el primer momento «y es que la cocina filipina tiene unas claras raíces asiáticas pero es evidente el origen español, después de tres siglos de vida en común. Hay algunas costumbres que no ofrecen dudas: el lechón es la comida de las grandes celebraciones en Filipinas, el adobo de pollo o de cerdo es una comida habitual», sin olvidarnos por supuesto de la llamada longanissa o del arroz, que aunque se presenta con sabores asiáticos, también es habitual en paella hecha con arroz glutinoso.

 

FIDELIDAD A LAS RECETAS

Inés Lamata, original de la Isla de Negros, sabe precisamente que su tierra de nacimiento es conocida por las plantaciones de caña de azúcar y también por la rica gastronomía. Riqueza que viene determinada por sus condimentos, por la materia prima y por las recetas: «muy ricas y sabrosas, pero nada picantes. Esa es una diferencia de la cocina filipina respecto a otras asiáticas, el picante es mucho menor».  En NÀMIT todos los cocineros son filipinos y su buen hacer se nota en una preparación muy cuidada de cada uno de los platos. Cocinan bien y cocinan con una gran fidelidad a las recetas originales. Productos selectos, elaboraciones sinceras: «aquí hacemos lo que decimos. Por eso, la gente viene tanto. Está muy agradecida por ser una comida bien preparada y casera. Lo hacemos todo cada día, queremos que todo el mundo pueda comer como en su casa». Hay una clara señal de esa autenticidad de la que nos habla Inés :» nuestros cocineros pueden hacer cualquier receta filipina que nos pidan; además bastante gente quieren las recetas de lo que comen, les gusta mucho y lo quieren cocinar ellos mismos». Esmero en la cocina y alegría en la sala; en NÀMIT se recibe con una gran sonrisa a los clientes. «Isla de Negros es la tierra de la sonrisa, abren las casas a los invitados. Nosotros queremos hacer lo mismo». Se siente una «alegría visual» en todo momento.

 

COCINA SABROSA

De lleno, ya en la carta, nos encontramos con una excelente oferta filipina. Raíces españolas, influencias asiáticas, personalidad propia. En los entrantes, para empezar, podemos escoger entre unos rollitos vegetales  o unos rollitos Nàmit con carne. Los dos muy buenos y diferentes a lo habitual. También podemos tomar SIO-MAI, de influencia china: son los conocidos como dumplings aunque en esta ocasión también está cocinado como se hace en Filipinas. Y desde luego no podía faltar el PRITCHON que es secreto de cerdo con pepino y cebolleta envuelto en pancake con salsa Hoisin, un plato altamente recomendable. En los platos principales hay cinco recetas filipinas que son realmente exquisitas: PINAKBET  que son verduras variadas con gambas y cerdo con un toque amargo; PANCIT LANG-LANG, fideos de arroz salteados con pollo, gambas y verduras; SISING INASAL es pollo a la piedra marinado en especias y piña con huevo de corral; PAKSIW, cerdo marinado con limoncillo, vinagre de caña de azúcar cocinado a baja temperatura y el POLLO ADOBO filipino al estilo Visayas acompañado de arroz jazmín con toque de zanahorias. Todos  tienen un aroma especial, un sabor intenso y protagonista, y desde luego son genuinamente filipinos. Una cocina reflejo de la dulzura de carácter de aquellos que la confeccionan.

 

NOVEDADES FILIPINAS

Pero la carta es muy extensa y tiene más guiños a las cocinas asiáticas. Merece la pena probar la sopa TOM NÀMIT de pollo, cítricos y especias; el PAD THAI con los tradicionales tallarines de arroz con pollo, salsa de tamarindo y cachuetes; LAKSA, un plato malayo delicioso con fideos, gambas, pollo y brotes de soja cocinado en leche de coco y especias;  o la brocheta  de langostinos con bacon y arroz frito y salsa TIKA MASALA. En los postres encontramos un excelente helado de té verde y una apreciable tartaleta de yuca. Por cierto, Jorge el maître, peruano de nacimiento, ofrece al terminar dos cócteles de primera: el Pisco sour o el nutritivo Peruano flip, dos formas muy adecuadas de terminar esta inmersión en la cocina filipina, a la que se añade la posibilidad de degustar un ron filipino de nombre TANDUAY, que sirve para celebrar una buena comida con sabor al archipiélago asiático. Con todo, NÀMIT quiere seguir creciendo. Así nos lo confirma Inés Lamata. Para empezar van a incorporar nuevos platos filipinos. Hay uno  conocido como el DINUGUAN que es un estofado de cerdo y pollo con su sangre frita, «es como la morcilla española y resulta ciertamente sabrosa» y también otro «con cangrejo, buey de mar y centollo envuelto en hoja de plátano. Ya lo tenemos elaborado y gusta mucho, muy pronto lo pondremos en la carta». Además de estas novedades gastronómicas también está previsto que pronto se puedan ofrecer noches temáticas filipinas en los que los platos nativos puedan ser acompañados en directo con música folclórica de las islas.

 

UN LUGAR DELICIOSO

Lo cierto es que NÀMIT es un local diseñado intencionadamente con contrastes. La decoración, no es la típica y tópica de un local de raíces asiáticas. Todo lo contrario. Es moderno, acogedor, diferente, atractivo. Se puede desayunar por la mañana o tomar una copa por la noche. Podría estar situado en cualquier barrio transitado y nuevo de Manila. Comida filipina, pero también asiática y desde luego encontramos también muy buenos platos mediterráneos. Un menú diario, muy completo por 12,90 euros y un ambiente cosmopolita y variado. Gente joven, ejecutivos y vecinos del barrio. NÀMIT tiene y ofrece esa forma de ser filipina abierta, alegre y receptiva. Siempre te atienden con una sonrisa. NÀMIT como su propio significado es un lugar DELICIOSO.

GALERÍA

Fotografía: JOSÉ MARTÍN-SERRANO

 

NÀMIT GASTROBAR

Calle Rafael Calvo, nº38

28010 MADRID

Phone 913084462

www.namitgastrobar.es

Horario: De 9:00 a 1:30.

Cerrado domingos.

Menús diarios: 12.90 euros

Precio medio: 15/20 euros.

 

 

 

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