En SANTA GILDA disfrutamos del reconocimiento explícito de las mejores esencias gastronómicas. Sabores con origen. Recetas con sello propio. Puesta en escena de una cocina cargada de recuerdos que sabe actualizarse con naturalidad y solvencia. Búsqueda incansable de lo mejor. Brillantes elaboraciones con la robata como gran protagonista. Las brasas japonesas que saben dar ese punto de equilibrio único y personal. En SANTA GILDA, cada bocado llega -marcado a la mesa- con la magia de las brasas de carbón que iluminan cada una de las sugerencias. El producto siempre es la razón de ser de cada plato. Prestancia y armonía del fuego que sabe encontrar el punto perfecto. Y por su puesto, nadie se puede olvidar de las Gildas. Ellas nos reciben desde la barra, dando la bienvenida a cada cliente. Artesanas. Sabrosas. Tradición reinventada. Nombre propio con mayúsculas que siempre nos espera en el Barrio de Chamberí.

 

LA ROBATA TIENE MUCHO QUE DECIR

En SANTA GILDA todo es sabor y esencias. Magnífico espacio donde el recetario se hace imprescindible. Pasión en cada plato. Ingredientes de primera. Precisión en cada elaboración. Amor por un producto que adquiere toda su grandeza en la robata. La parrilla japonesa -alimentada con carbón de encina y de coco- que hace de cada plato un mundo diferente de sabrosos contrastes. SANTA GILDA es el nuevo proyecto de Ana Sánchez y Luca Faverio. Ellos son también los impulsores de SANTA RITA. Una braseria donde las brasas y el Josper son las estrellas y que ha sabido erigirse en una de esas direcciones de obligada visita en Madrid. Ahora con SANTA GILDA -a una manzana del primer proyecto- apuestan por una propuesta diferente. Informal, alegre, distendida. Con una cocina con personalidad propia donde se come muy bien. Con la impronta de las brasas japonesas. En SANTA GILDA se vive con ilusión una forma de disfrute gastronómico: sabor, carácter y cuidado máximo de los detalles. «Cada receta está pensada y elaborada con cariño. Buscamos sorprender con lo cotidiano. Propuestas bien hechas y que se puedan compartir. Sabores equilibrados». Sensaciones únicas que saben dar a cada plato un punto diferente que los hace muy atractivos.

 

 

EL MEDITERRÁNEO ABIERTO AL MUNDO

La carta de SANTA GILDA es fiel a unos principios de sabores mediterráneos con interesantes guiños al mundo. Siempre con el equilibrio mágico de la robata. Propuestas para compartir que también se pueden disfrutar de manera más formal. Para arrancar no puede faltar la Gilda. Referencia obligada en un espacio que le da nombre. Es «la Gilda nuestra de cada día. Salada. Verde. Y un poco picante». En los entrantes mención especial para una espectacular «ensaladilla rusa con camarón pipa». Maravillosas también «las croquetas de changurro con ali-oli de ajo negro o las alcachofas confitadas en fondue de queso trufada». Los sabores del mundo nos llegan con «el sashimi  de salmón con tomate de cherry confitado; los tacos de cochinita pibil o las samosas de gambas y verduras al curry». La robata es parte esencial de las propuestas de SANTA GILDA. Humos, aromas y brasas. Todas son sugerencias muy buenas. Una de ellas -sin duda- es uno de los platos estrella: «Carabineros con patatas y huevo frito». Deliciosos también otras sugerencias como «los chipirones con cebolla confitada y migas de sobrasada; el pulpo al olivo con puré de patata o la suprema de salmón con mantequilla de miso y curry». Por las brasas y por su magia también pasan algunas carnes como pueden ser «el secreto ibérico fileteado; el yakitori de pollo de corral o un excelente lomo de vaca vieja trinchado con pimientos de padrón». Con el fuego y el humo también adquieren un sabor especial posibilidades como «los espárragos verdes con salsa romescu o los tirabeques salteados  con sésamo y sichimi togarashi». En SANTA GILDA la cocina en cazuela llama la atención. Propuestas al carbón que son muy interesantes como los arroces. Marca de la casa: «Arroz cremoso con trufa y foie o arroz japonés salteado con pak choi y shitake son dos buenos ejemplos». También merece la pena probar «el rabo de toro sobre puré de boniato asado o la costilla de cerdo Ibérico asada a baja temperatura». Y así llegamos a los postres. Bocados dulces muy armonizados con los sabores de la carta. «Piña osmotizada en mojito asada en robata. Capuchino de chocolate y maracuya o la torrija infusionada en leche de coco al lemongras y anís estrellado. Son ejemplos que guardan a la perfección la coherencia con la personalidad del proyecto». En SANTA GILDA, la carta de vinos está muy bien seleccionada. Etiquetas con carácter, excelente representación de las diferentes Denominaciones de Origen, equilibrio y calidad. Además hay una buena elección de vermuts. Armonía esencial y tradicional con las Gildas que siempre nos reciben desde la barra con sabor y elegancia.

 

COMIENDO CON GILDA

SANTA GILDA es un espacio luminoso. La decoración elegida con cariño -pieza a pieza- por Ana Sánchez encuentra un acomodo impecable. Ambiente vitalista. Con personalidad. Una barra colorista es el primer impacto. Una zona de mesas altas.Y en la sala «un espectacular graffiti de la actriz Rita Hayworth en la película Gilda, completa una de las paredes». El mobiliario escogido y singular convierten el ambiente en muy acogedor: «Lámparas Grazia, sillas Mid Century y mesas de mármol verde a medida. Apliques Cobra, taburetes Strike y sillas de ratán». SANTA GILDA ha iniciado su andadura con la naturalidad de la cocina bien hecha. En pleno Barrio de Chamberi. Con la fuerza de un producto que solo entiende de excelencia.

 

GALERÍA

 

 

Fotografía de Borja Gómez

SANTA GILDA

C/ Raimundo Lulio nº24

28010 MADRID

Phone: 914 21 05 35

Horario: M-S 13:30 a 0:00/ D. 13:00 a 16:00/ Cerrado domingo noche y lunes.

Precio medio:  28 euros

www.santagilda.com

 

 

  

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