Los viñedos son el paisaje de este rincón de Castilla- La Mancha. Socuéllamos es una tierra fértil. Rica. El clima da el resto. Sabor y calidad. Conocerla supone enamorarse de cada hectárea. Un paraíso enológico para disfrutar de las bodegas, la gastronomía de la zona y hasta un Museo del Vino. Los momentos para disfrutarlo desde sus raíces van surgiendo: en un paseo por esa bodega ubicada en plena finca, en la recolección de la uva y en esas gachas que saben mucho mejor de pie y en torno a un perol.

 

300 DÍAS DE SOL

Es el mismo calor que tanto se agradece en pleno invierno el que da a la vid fuerza y vitalidad. Socuéllamos entiende de vinos. Desde su raíz. “Esta es una parada obligada en la Ruta del Vino de La Mancha. Socuéllamos juega un papel muy importante, ya que aportar casi el 50% de las bodegas participantes. Y no solo cuenta la cantidad. La calidad es importante. Por ello trabajamos durante todo el año: para obtener un vino que pueda competir en el mercado internacional”.  Nos lo cuenta Benjamín Galisteo, el gerente de la Bodega EL REFUGIO. Conoce la importancia del terruño. Estudia las peculiaridades de cada uva. Para hacer un buen vino, hay que entenderlo primero. “Somos una bodega de autor. Para la familia Sierra, el mimo a la uva es clave. Por eso nuestra bodega se encuentra en mitad de la finca. De esta manera, desde la colecta de la fruta hasta que llega a la bodega, transcurre muy poco tiempo. De esta manera la oxidación es menor y el vino es de mayor calidad”. No solo de bodegas familiares vive Socuéllamos.  Esta zona alberga grandes cooperativas. “Es el caso de Cristo de la Vega, la segunda mayor de Europa. Produce a gran escala con su tren de vendimia de uvas blancas de 500.000 kilos por hora y tintas de 300.000 o su línea de embotellado con capacidad para 5.000 botellas por hora.”

 

JORNADA DE VENDIMIA Y GACHAS

El inmenso mar de vides invita a comer. En EL REFUGIO preparan la comida tradicional de los agricultores. “Para comer gachas hay que tener una pieza de pan al lado. No necesitamos silla porque se comen de pie”. Y siguiendo la costumbre, hay que comer directamente desde el perol. “Si las acompañamos con un buen vino tinto de la tierra, el resultado es inmejorable”. Y es en estos parajes donde -cuando termina el verano- llega el momento de la vendimia. “Empezamos a vendimiar cuando aún es de noche. De esta forma, con el frío la uva llega más entera. No podemos olvidar que esta es una zona donde hay enormes contrastes de temperatura entre la noche y el día. Solamente aquí se embotellan unas 150.000 botellas que más tarde llegarán a China, Japón o Vietman”.

 

LA MANCHA. TIERRA DE VINOS

EL REFUGIO es una de las 13 bodegas de Socuéllamos. “Esta es una tierra predominantemente vinícola. Llevamos años trabajándola. Generación tras generación hemos conseguido que el nombre de La Mancha suene asociado al vino de calidad. Decir vinos de La Mancha es decir vinos de rotación, de los cuales exportamos la mayor parte. Por ejemplo, los vinos a granel que salen de aquí se venden en Italia o Francia”. El Museo Torre del Vino nos ayuda a entender el lugar que ocupa el vino en Socuéllamos: “Estamos en uno de los mejores exponentes en su género en España, que cuenta con una torre mirador de 42 metros de altura. El museo transmite el alma de la ciudad y la región. A través de estas instalaciones podemos descubrir de forma interactiva el mundo del vino desde una perspectiva moderna e innovadora ya que el museo es un espacio abierto a la experimentación”. Un lugar donde disfrutar de un showcooking, descubrir los secretos del vino o contemplar cómo cae la tarde ante mares de viñas eternos.

 

GALERÍA

 

SOCUÉLLAMOS. Una experiencia única para disfrutar de la nueva Ruta del Vino de La Mancha

Fotografía cedida por EL REFUGIO

www.fincaelrefugio.com

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