El Mediterráneo sabe a tardes muy dulces. Desde que naciera en 1940 en la isla de Menorca, LA MENORQUINA ha ido llenando de sabor varias generaciones. Su pasión por lo auténtico ha llevado sus helados a los restauradores de medio mundo. Incluso en el Palacio de La Zarzuela y Moncloa han disfrutado de ellos. Todo un clásico de nuestra repostería son ya las frutas heladas, la crema catalana o la tarta al whisky. El placer y la elegancia aunados en un postre. La casa de helados vuelve un año más para llenar de tradición y sabor las largas sobremesas estivales. 

 

EN LA TRADICIÓN ESTÁ EL GUSTO

Los orígenes de la tradición heladera siguen marcando la filosofía de LA MENORQUINA. En nuestro país no se entiende la historia del helado sin esta casa, que nació en una pequeña fábrica de la isla balear. Casi 80 años después sigue endulzando los mejores momentos del verano. Los postres helados de LA MENORQUINA se presentan sumamente irresistibles. Su textura y sabor nos han ganado generación tras generación.  Una sugerencia: las copas de cristal, una forma muy elegante de disfrutar de estos postres. Cremas heladas con salsas y toppings. Un postre delicioso y distinguido como la copa Bombón, la de Turrón o la de Frutas del Bosque.Para los paladares más tradicionales, las clásicas tarrinas de cerámica de LA MENORQUINA. En tradicionales vasijas llegan las recetas más nuestras.  La tarrina de whisky o la crema catalana se han ganado un más que merecido lugar.

 

SABORES VINTAGE QUE SIGUEN DE MODA

Son postres elegantes. Y es que LA MENORQUINA es el sabor del recuerdo. Uno de sus emblemas, las frutas heladas presentadas en su corteza natural. En los años 70 supuso una innovación genuina en el sector de la restauración. Para su creación, el pastelero Fernando Sintes, se inspiró en los grandes chefs franceses que servían un postre similar en ocasiones especiales y, partiendo de esta idea, lo adaptó al gusto del mercado nacional. Tal éxito tuvieron la piña, la naranja o el coco que se han servido a reyes y presidentes del gobierno que las han disfrutado en Zarzuela y Moncloa. Pero LA MENORQUINA es mucho más. Son esas porciones individuales para los que prefieren disfrutar de su postre en exclusividad.  Uno de los más exitosos: el trufito, elaborado con helado, salsa y crujiente cobertura de chocolate con trocitos de almendra. Mención aparte merecen las tartas heladas: tradicionales recetas convertidas en exquisitas tartas donde se mezclan diversos sabores y texturas. La Canadá o Helado de Músico siguen conquistando paladares. Los más pequeños  también disfrutan de estos deliciosos postres helados. Los Infantiles son toda una diversión llena de sabor. Muñecos con helado que triunfan en los restaurantes desde los años 80. Son ya un icono en LA MENORQUINA. Muñecos como Barry, Backy o Leony amenizarán las sobremesas de los niños. Y es que esta casa de helados sigue siendo un referente de postre auténtico y natural en restaurantes de todo el mundo. El legado de aquel joven pastelero conocido como El Mestre es la pasión por el trabajo bien hecho. Su filosofía: el Origen de Sabor. Hoy sigue tan viva como el primer día.

 

Fotografía cedida por LA MENORQUINA

www.menorquina.com

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