LA CASA TOMADA es un espacio donde el bocadillo recupera toda su plenitud gastronómica. Situado en la calle San Lorenzo, en un punto clave entre Malasaña, Chueca y Alonso Martínez, ha cuajado con gran rapidez. Un proyecto claro, con calidad en la materia prima y con personalidad en la elaboración. Características definitivas para que LA CASA TOMADA se haya convertido, en sólo unos meses de vida, en una importante apuesta por la sinceridad del producto.

 

UN ORIGEN LITERARIO

Parece claro que cuando alguien decide bautizar un proyecto gastronómico con el nombre de LA CASA TOMADA es que hay mucho que transmitir desde la cocina y desde la sala. Eso es lo que ocurre con esta iniciativa de José Antonio y José Miguel Del Pozo,dos hermanos de origen venezolano. El primero gastrónomo y cocinero; el segundo artista e ilustrador. Este lugar recibe el nombre de LA CASA TOMADA en recuerdo de Julio Cortázar, un escritor que, por su prosa única y rotunda, ha dejado una huella especial en la vida de José Miguel. El cuento de Cortázar del mismo nombre«habla de dos hermanos que deben abandonar una casa tomada, aunque el argumento y el desenlace es distinto al nuestro, nos gusta vernos reflejados en esa historia, en la que terminan tirando la llave de la casa por una alcantarilla. En ese final nos hemos inspirado para crear el símbolo de nuestro proyecto». Lo cierto es que los dos ya habían iniciado hace unos años una idea semejante en su localidad natal de San Felipe en el estado de Yaracuy en Venezuela con un éxito rotundo. «Allí nació LA CASA TOMADA, no simplemente como un restaurante, queríamos unir nuestras dos pasiones: la gastronomía y el arte. Cada uno ha puesto su parte buscando complementarnos. Mi hermano es un gran artista; por mi parte he recuperado el arte de los bocadillos que ya había puesto en marcha en mis años de Universidad». Todo comenzó acomodando parte de la casa familiar para el negocio y terminaron ocupando prácticamente todo el espacio posible. En su tierra construyeron la idea sobre una oferta: «Ofrecíamos tres cosas: bocadillos, patatas y batidos de fruta natural. La respuesta fue increíble.  Supimos encontrar con acierto una demanda en el entorno donde vivíamos. No había nada parecido e inmediatamente llenamos ese hueco. Y tuvimos que ir ampliando. La fórmula era muy sencilla, pero precisamente por eso acertamos». Un buen día, recuperando una vieja idea y un viejo sueño, deciden venir a España y montan el mismo modelo de negocio. Sus raíces españolas, por parte de padre, hacen que se sientan como en su casa y escogen Madrid como punto de arranque. De esta forma nace LA CASA TOMADA en un coqueto local, en un enclave fantástico a un paso de Malasaña y de Chueca. En pleno cogollo de un Madrid que se encuentra en un intenso movimiento gastronómico. En estos meses ya todo el mundo conoce la excelente oferta de LA CASA TOMADA.

 

UNA EXPERIENCIA PARA TODOS LOS SENTIDOS

Ciertamente José Antonio se muestra encantado después de este tiempo en Madrid. LA CASA TOMADA no es simplemente un establecimiento para comer; José Antonio insiste mucho en que LA CASA TOMADA tiene que ser mucho más:«Queremos ser un sitio de referencia, donde se viva una experiencia. Quiero que la gente diga que aquí se vive una experiencia para todos los sentidos. Un lugar de encuentro, de vivencias». Lo cierto es que LA CASA TOMADA en muy poco tiempo ha conseguido ser lo que estaba en la imaginación de los dos hermanos: «un lugar bonito, donde todo está muy cuidado. La música seleccionada. Las exposiciones escogidas con cariño y en apoyo a artistas jóvenes. Somos un local donde la cocina entra por el gusto y al mismo tiempo se puede contemplar el arte con tranquilidad, con serenidad. Queremos que LA CASA TOMADA sea una experiencia, un lugar de apoyo y de encuentro con la gastronomía y con el arte. Por eso queremos todavía más interacción con nuestros clientes. Que vengan a leer, a contemplar las exposiciones, a interesarse por distintas piezas de arte; además de disfrutar, desde luego, de nuestra carta, de nuestros bocadillos, de nuestra oferta». En este contexto abierto nos encontramos también con «la cueva», un lugar habilitado en el sótano para reuniones de amigos,«sin wifi, sin móvil, aislado del entorno para poder disfrutar» entroncando con la filosofía natural de LA CASA TOMADA.  ¿En dónde hay que mirarse para encontrar las raíces de LA CASA TOMADA?, le preguntamos a José Antonio. Nos responde con claridad: «Es un reflejo, un poco de todo. Está claro que tenemos mucha influencia de Estados Unidos. En Venezuela hay mucha influencia norteamericana y eso se nota. También reflejamos el impacto de los gustos españoles, la cultura del bocadillo siempre se ha vivido aquí; nosotros queremos ayudar a mejorarla. Hacer muy buenos bocadillos. De calidad. Y también lógicamente tenemos una impronta de Venezuela. En la carta hay un reflejo de todos nuestros gustos y hay importantes raíces de nuestra tierra. Además hay recuerdos de China donde viví unos años cuando era muy niño; y  desde luego también aparece una gran afición por el curry, no lo puedo ocultar». Y José Antonio concluye encantado: «Madrid ha sabido adaptarse a nuestros sabores, a nuestras cantidades, a nuestras propuestas y también a nuestros antojos».

 

LA CULTURA DEL BOCADILLO

La carta de LA CASA TOMADA  nos presenta una larga lista de bocadillos, patatas y perritos. «Las patatas es una de las ofertas importantes. En la nueva carta ofrecemos hasta seis tipos diferentes de patatas, aunque nuestra estrella en este sentido es la Chili Cheese Fries que son patatas fritas con un topping de chili con carne, queso Cheddar fundido, jalapeños, daditos de cebolla morada, huevo frito, cilantro y bacon. No hay nada igual en Madrid y es una de las propuestas más demandadas. Quien prueba, repite». Entre los bocadillos -casi una veintena- encontramos de ternera, pollo, roast beef y memorables, además de los perritos calientes. Repasamos algunos de ellos como: «el de Teriyaki de ternera  que es un bocadillo relleno con tiras de ternera marinadas en salsa de soja, salteadas con pimientos y cebolla, bañado con nuestra salsa teriyaki, sésamo tostado, cilantro y cebollino. El bocadillo El Granjero Loco, que era el más vendido en Venezuela, es un delicioso bocadillo relleno con dos filetes de pechuga de pollo empanado, doble de queso Cheddar y Gouda, doble de bacon, lechuga o alfalfa, acompañado de nuestra deliciosa salsa tártara. Aquí en Madrid, uno de los grandes aciertos que hemos tenido es la apuesta por el roast beef. Es muy bueno.Y el más vendido con diferencia es el Fat Roast Beef, un bocadillo relleno con rebanadas de nuestro roast beef horneado en casa, pasado por la plancha con sal marina, bacon, cebolla salteada y gratinado con queso Gouda. Después hay algunos emblemáticos como el Choripan «el de Chacao«, un bocadillo relleno con chorizo criollo, patatas paja y picadillo de tomate, cebolla y cilantro. Acompañado de nuestras deliciosas salsas tripartita y tártara. Este bocadillo para mí era muy importante, me recuerda muchas cosas, está muy bueno y por eso quiero que esté aquí». En fin, y así uno tras otro en una carta repleta de posibilidades y de variedad: «Cada bocadillo tiene su historia, cada condimento tiene una razón de ser, todo está pensado y elaborado. El pan artesano, las salsa también lo son. Cada bocadillo es único». De los postres «podemos decir lo mismo, son artesanos. Los hacemos todos aquí y enlazan con nuestra cultura gastronómica con mucha influencia de los Estados Unidos. Cookies, brownie, chocolates… todo para un final dulce y feliz». Eso sí, queda claro que «el bocadillo es el centro de nuestra oferta. Es nuestra apuesta».

 

LA ABUNDANCIA, SEÑA DE LA CASA

Los bocadillos son importantes, desde luego,  pero los maridajes también. «Para nosotros no hay dudas, la cerveza es clave para el maridaje. Nuestra apuesta es por la cerveza artesana. Es además algo que coincide con nuestra filosofía, ayudar a emprendedores, a aquellos que apuestan por el buen producto, por las raíces de las cosas. Tenemos una gran oferta: La Virgen, La Cibeles, Moustache, Malasaña, Santo Cristo y La Quince. La verdad es que vamos a seguir trabajando en esta línea. Estamos encantados». Lo cierto es que José Antonio es muy rotundo cuando habla de la identidad de LA CASA TOMADA, y nos dice: «Mira una de nuestras señas de identidad es la abundancia. Queremos que la gente que viene a LA CASA TOMADA, no pueda más. Nos parece que es nuestra forma de ser. Abundancia, aunque en ocasiones pueda parecer exagerada. Aquí nadie se puede quedar con hambre. La cantidad y la calidad son complementarias y eso lo queremos demostrar. Uno de mis fetiches es la abundancia». En LA CASA TOMADA «todo está pensado, todo tiene origen. Lo cuidamos todo mucho. tenemos una filosofía y nos esmeramos en ella». Y desde luego «queremos llegar a todos. Por eso no me gusta el concepto de bocadillo gourmet. El bocadillo gastronómico se ajusta más a nosotros».  Así es LA CASA TOMADA, el bocadillo gastronómico en plenitud.

 

GALERÍA

 

Fotografía cedida por LA CASA TOMADA

LA CASA TOMADA

C/ San Lorenzo nº9

28004 MADRID

Phone: 915138448

Horario: M-D de 13:00 a 0:00/ Lunes cierra

Precio medio 15 euros/ Menú diario 10

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